sábado, 12 de julio de 2008

Valoración a la ardua Labor

Educación para lo social

Formamos para lo individual, pero también para lo social. Para un alumno, formarse no es una actividad gratuita: requiere un esfuerzo de adaptación, ya que cuando uno se forma, en cierta manera deja de ser quien es para ser algo diferente a lo que era, y uno está en un continuo y progresivo cambio de papeles que le lleva desde una infancia sin responsabilidades a una juventud y una madurez donde asume su rol de adulto, más o menos estable, al que subyace una experiencia y una personalidad también más o menos formada que es capaz de afrontar -mejor que peor- la vida en sociedad. Sociedad que, por lo general, suele premiar el esfuerzo de adaptación realizado, y esperemos que siga siendo así, aunque también todos conocemos ejemplos de personas que abandonaron tempranamente el sistema educativo y resultan ser estupendos y exitosos ciudadanos.

Una de las tareas del docente es dosificar ese esfuerzo del adolescente en esa etapa de su vida. Sin eliminarlo, porque entonces no habría avance posible, y el niño seguiría siendo niño, pero sí haciéndolo sostenible y sin que llegue a los límites de la ruptura, ese límite que todo individuo tiene a partir del cual se pueden producir dos cosas: el abandono o la violencia. En el caso de la enseñanza, el abandono escolar, porque uno se ve impotente para seguir la corriente del sistema educativo, o la violencia, contra uno mismo o contra los demás, porque uno se rebela contra una institución que no le ofrece nada, o que lo que le ofrece no le interesa por ser demasiado difícil o demasiado aburrido, y encima le obliga a estar ahí.

Detectar ese límite de ruptura en cada alumno es otra labor que se realiza continuamente y puede trastocar hasta la programación más afinada de una asignatura, pues afortunadamente la vida nunca se repite a sí misma y siempre encontraremos más de un/a alumno/a que no encaja en ninguna de las categorías que hayamos previsto. Por ello, opino que la docencia es más un arte que una profesión, pues siempre se tiene que estar a la búsqueda de nuevas respuestas, lo cual a su vez requiere unas estructuras flexibles que permitan la necesaria improvisación en el aula para poder adaptarse a la creciente diversidad.

Esa tarea del docente consiste, en otras palabras, en ayudar a los adolescentes en su transcurrir por esa complicada etapa de la vida. Y ello, claro está, requiere un gran esfuerzo, no sólo en cuanto a la transmisión de unos conocimientos, que todo docente por su formación lleva consigo, sino también -o sobre todo- por la dificultad que supone formar a un ser humano en una etapa de su vida en la que adquiere rápida conciencia de casi todas sus capacidades, aunque le cuesta mucho más tiempo percibir o apreciar la responsabilidad de sus acciones.

De esa distancia entre la capacidad de hacer y la responsabilidad por lo hecho se alimentan la irracionalidad y la violencia, y es ésa la distancia que el docente se esfuerza continuamente en acortar, en una de sus muchas labores. Si algo agota a un docente es precisamente el trabajo de introducir el orden donde no lo hay -suele ser el origen del conflicto en el aula- , que es condición necesaria para poder comenzar a transmitir conocimiento. La educación para lo social consiste precisamente en ese acortamiento, y está estructuralmente insertado en el sistema educativo, que no es un sistema de mercado, donde unos compran lo que otros venden y se establecen competencias y rivalidades propias del capitalismo salvaje, sino más bien es un sistema igualitario donde lo que prima es un interés social: mi propio interés de aprender y mi interés de que los demás también aprendan. Esa convergencia de intereses se extiende a toda la sociedad, y radica en que su propia pervivencia depende, entre otras cosas, de esa transmisión de conocimiento y cultura que se realiza en el sistema educativo. Ese interés se despertará en el alumnado en la medida en que se le muestre un horizonte realista que a la vez sea motivador y contrarreste los falsos horizontes de seducción que se les muestran en otros lugares.

Energía

Reducir esa distancia es una constante en el trabajo del docente y requiere gran energía mental. Las vacaciones de profesor no son ningún chollo, como algunos piensan. Hace falta tiempo para recomponer una psique desgastada por un largo curso: claro que esto sólo lo puede saber con certeza quien ejerce o ha ejercido la docencia. Y si es cierto aquello de que "la energía no se crea ni se destruye, sólo se transforma", que lo es, entonces habrá que plantearse si la burocracia y otras labores periféricas tienen que ser revisadas y minimizadas para no bombardear al profesorado con tareas y funciones que le restan energías para su cometido fundamental. De la misma forma que no es posible correr los cien metros lisos en condiciones después de una maratón, no se puede entrar en un aula agobiado por múltiples tareas pendientes. Asimismo, habrá que plantearse -en la Educación Secundaria Obligatoria, cuyo fin no es selectivo- si queremos transformar un sistema igualitario en un sistema de mercado, donde al pretender cuantificarlo todo, se cuantifique incluso lo no cuantificable, porque ello supondría, en mi opinión, cosificar al alumnado y convertirlo en una suma aditiva de sus capacidades, lo cual es válido fabricar un objeto según criterios de calidad, pero no para informar las bases de un ser cultural, porque siempre seremos algo más que la suma de nuestras capacidades, y se me ocurre que ese algo más tiene una importancia clave.

Sabemos que la profesión es intensa y propicia la entrega y el desgaste, y que traspasar los límites de ruptura puede suponer depresión, fatiga crónica, ansiedad, etcétera. Un cuidado que debe tener el docente es el de dosificar su propio esfuerzo y hacerlo también sostenible; la labor docente es demasiado valiosa como para que nos permitamos el lujo de prescindir de ella. ¿Por qué es valiosa? Pues se me ocurre que sobre todo por lo que no se ve. ¿Y qué es lo que no se ve? Pues la vida mental de los individuos, que es el lugar donde se reconoce -muy a posteriori-, la totalidad del influjo que hayan podido ejercer en uno mismo los profesores que haya tenido, cuyo saldo casi siempre es positivo y entrañable

Problemas que resolver


EL DERECHO A UNA EDUCACION, A UNA EDUCACION DE CALIDAD CON EQUIDAD PARA TODOS: El ejercicio de un derecho humano (Abraham Magendzo)

Uno de los aspectos más rescatables del movimiento estudiantil que ha convulsionado a la opinión publica es el haber puesto en la discusión el tema de la educación como un “derecho”, como un derecho humano reconocido en diversos instrumentos internacionales. Pareciera que los estudiantes están tomando conciencia clara que nuestro sistema educacional es inequitativo, que en la educación se está reproduciendo las injusticias y desigualdades sociales, que la educación no puede (¿o no quiere?) romper el circulo vicioso que hace que los resultados dependan más de la procedencia socio-cultural-económica”, de la que provienen, de su “cuna”, que de la educación a la que acceden.

Decir que la educación es un derecho consagrado en la Declaración Universal de Derechos Humanos significa, en primer lugar, como lo hace el Relator Especial de Naciones Unidas Vernor Muñoz Villalobos en su informe sobre el derecho a la educación (2005), que cada vez es mayor la jurisprudencia de los tribunales nacionales, así como de los mecanismos regionales de derechos humanos, que demuestra que los derechos económicos, sociales y culturales, sí se prestan a recursos judiciales en los casos de violación flagrante. La educación se encuentra entre estos derechos. El derecho a la educación es la clave para el disfrute de todos los derechos. La realización del derecho a la educación permitiría el disfrute de, entre otros, el derecho a la libertad de opinión y expresión y el derecho a la participación. El derecho a la educación debería hacerse efectivo sin discriminación.

El Relator hace notar que existe la imperiosa necesidad de "mover la
educación hacia los derechos humanos" considerando la educación como un derecho humano del cual el Estado tiene la obligación de asegurar la promoción y protección; es decir, trascender la concepción de la educación como negocio o mecanismo patriarcal uniformador para restituir su
sentido substancial destinado a la construcción del conocimiento en el marco de convergencia y aprendizaje de todos los derechos humanos”.

Desde esta perspectiva, entonces la educación debe ser concebida como un derecho y no un “servicio”. Los derechos son exigibles, irrenunciables e indivisibles como queda constatado y reconocido en los instrumentos
internacionales de derechos humanos. Al ser exigible el derecho a la educación es justiciable. En este sentido, el derecho a la educación es una garantía individual y un derecho social cuya máxima expresión es la persona en el ejercicio de su ciudadanía.

Según el Relator Especial la disociación del derecho a la educación del derecho a un contenido específico de la educación ha causado problemas serios, como por ejemplo: a) se ha entendido la educación
como un servicio negociable y no como un derecho; b) ese servicio queda al margen de la organización de sociedades justas y equitativas al no tener un contenido explícitamente conectado con los derechos enunciados en los instrumentos de derechos humanos; c) los servicios pueden ser diferidos, renunciados, pospuestos, superados y hasta negados, especialmente (aunque no únicamente) a las culturas y personas discriminadas”.

En segundo término queremos enfatizar y rescatar la idea de que la esencia de la educación como un derecho no es necesariamente su valor utilitario y economicista, sino que su valor intrínseco vinculado con el desarrollo integral de la persona que tiene como fin formar sujetos de derechos y responsabilidades fundamentado en los derechos humanos. En esta óptica que hay que concebir la educación desde una concepción de “desarrollo humano” más que ligada a una concepción de “crecimiento económico”. Se trata, entonces, de “ofrecer inversiones a la educación no sólo para facilitar el desarrollo económico, sino también, y sobre todo, para construir valores y conocimientos que tengan como fin desarrollar la dignidad humana.

Un tercer aspecto y al cual quisiéramos poner mayor atención es que cuando hacemos referencia a que la educación es un derecho, este derecho va más allá del mero acceso a la escolarización formal para abarcar el derecho a una educación de calidad con equidad que permita el pleno desarrollo de la personalidad humana, ofreciendo igualdad de oportunidades a todos y a todas sin distingo de ninguna naturaleza.

El derecho a una educación de calidad de la educación como un derecho humano la referimos tanto a la calidad de insumos, por ejemplo: la del curriculum, la calidad y preparación de los docentes, los recursos financieros, materiales y didácticos con las que cuentan las instituciones educacionales, los procesos de gestión y administración educacional y a la calidad de resultados que dice relación por ejemplo con los logros, rendimientos y aprendizajes alcanzados por los estudiantes, con la retención de éstos en el sistema educacional, con los años de escolaridad logrados. La calidad de los resultados está íntimamente relacionada con la calidad de los insumos. Dicho de otra manera, la calidad de los resultados está mediada por la cantidad de recursos que se le asigna al sistema educativo desde las políticas públicas; el apoyo técnico que se le proporciona a las escuelas en su gestión institucional para llevar a cabo proyectos innovadores vinculados directamente con la calidad; las características culturales, sociales y económicas de la familia; la calidad de los procesos ambientales del hogar de los estudiantes; la gestión liderada por el personal directivo y al grado de participación de la comunidad escolar en ella; las características profesionales del profesor; la conducción del proceso de enseñanza-aprendizaje; el tamaño del colegio, la calidad de la infraestructura, los laboratorios y el tamaño del curso.

Se suma a esto la calidad del curriculum que selecciona los conocimientos, habilidades, actitudes, valores esenciales-básicos-estructurantes que le permiten a los estudiantes participar efectivamente en la vida como ciudadanos, padres-madres, trabajadores. Un curriculum es de calidad cuando tiene aperturas para aceptar la pluralidad cultural, social, geográfica, étnica, religiosa, entre otras, así como la diversidad que significa atender aptitudes e intereses diversos. Cuando se señala la apertura, se entiende que pese a ser un curriculum común para todos da señales y provee de un espacio para la diversidad curricular.

Por su parte, la equidad educacional la vinculamos estrechamente con la igualdad de oportunidades. Es decir con la potencialidad que tiene cada individuo, asegurada por derecho, a poder acceder a todas aquellas posibilidades que la sociedad ofrece, de las cuales no se puede ser excluido, a no ser por una iniciativa o decisión propia de no querer acceder a alguna de estas posibilidades. Un sistema educacional ofrece igualdad de oportunidades cuando brinda acceso a la educación a toda la población estudiantil, sin distingo del nivel socio económico de los estudiantes, sus procedencias étnicas o culturales y cualquier otra variable que tenga un notorio poder discriminatorio.

Por su parte, la equidad curricular refiere, a la distribución del conocimiento de manera “justa”, igualitaria a la población escolar, independiente de su procedencia social, económica, étnica, geográfica, religiosa o de género. Un curriculum es, inequitativo cuando hace distinciones respecto al conocimiento básico, estimando que para algunos, debiera ser exigente y actualizado, por ejemplo, para estudiantes procedentes de sectores acomodados y para otros, provenientes de sectores desaventajados, puede ser menos demandante y poco significativo.

En síntesis, los estudiantes se han percatado- y lo están haciendo notar con fuerza y solvencia, que si la educación es un derecho no basta con la igualdad de acceso, sino que impostergablemente hay que avanzar a la igualdad de condiciones para que todos los estudiantes, sin distinción de ninguna naturaleza, puedan desarrollar al máximo sus potencialidades y alcanzar los mejores resultados. En este sentido están demandando una igualdad de proceso, que se vincula con todos aquellos medios y recursos materiales, pedagógicos, cuniculares, técnicos y didácticos para asegurar la igualdad de resultados. Las condiciones para alcanzar la igualdad en los resultados son de diversa naturaleza (financiera, pedagógica, recursos humanos, medios tecnológicos, etc.) pero, por sobretodo, debe favorecer con acciones afirmativas a los estudiantes que, por razones económicas sociales o culturales u otras, no pueden desarrollar el máximo sus potenciales. En otras palabras, la equidad debiera ser parte de una política pública intencionada. Las autoridades encargadas de las decisiones educacionales deben ser sensibles a la idea de que son responsables de favorecer o desfavorecer la equidad.

“Why don’t we catch liars?”

¿Porque no sabemos detectar el engaño o las mentiras?

Paul Ekman

Paul Ekman, experto en el estudio de expresiones faciales, opina que hay 5 motivos por los que no somos capaces de distinguir fácilmente las mentiras. Numerosos experimentos avalan este hecho. Aunque algunos podamos creer que tenemos facilidad en desenmascarar a un mentiroso, probablemente nuestro ratio de aciertos no será mejor que decidiéndolo al azar. Peor aún, los mentirosos dan sutiles pistas, que pueden ser identificadas en grabaciones de video, pero que al parecer, tenemos una gran facilidad en ignorar.

Pasemos a los motivos:

  • El primer motivo es un poco “darwinista” y tiene que ver con la evolución de la especie. Paul opina que no hemos desarrollado habilidades para reconocer mentiras ya que estas tuvieron muy poca relevancia en la evolución de la especie. En ese entorno ancestral había muy pocas oportunidades de mentir en temas de importancia. Se vivía sin privacidad y todo ocurría delante del resto de los miembros de la tribu o poblado. Además estas sociedades se caracterizaban por una total dependencia de los demás para cazar, defenderse, etc. Esto implica tener que colaborar constantemente y poder confiar en los demás. Una mentira descubierta podría haber significado el arrinconamiento o expulsión y una muerte segura. Un alto precio.
  • El segundo motivo tiene que ver con nuestra educación. Descartando el instinto para reconocer mentiras, el desarrollo de esta habilidad tampoco forma parte de nuestra educación. Ni nuestros padres se esfuerzan en agudizar nuestra capacidad de desenmascaramiento ni consta esta materia en el temario de nuestras escuelas.
  • Tercer motivo: ¡No nos interesa descubrir las mentiras! Si supiésemos la cantidad de veces que nos mienten, incluso por parte de personas de confianza y cercanas, nos alegraríamos de nuestra capacidad para ignorarlas. Estar constantemente dudando de los demás o una acusación falsa dificultarían enormemente nuestra vida social. La confianza en los demás no es solo necesaria sino que hace más fácil vivir.
  • Cuarto: Muchas veces el “engañado” tiene tanto interés en creer la mentira como el autor del engaño. “¿Cariño, quien era la chica mas guapa de la fiesta?”. “Naturalmente, tu mi amor” contesta la pareja, tanto si es cierto como si no.
  • Quinto y último: Estamos entrenados para ser educados en nuestra relación con los demás y no apropiarnos de información que no nos ha sido dada. Que le diríamos a un compañero en el trabajo si después de preguntarle cortésmente - “Como estás hoy” - este nos contestara que se encuentra perfectamente y pudiésemos leer en su cara que en realidad acaba de pelearse con su mujer porque ha tenido un lío con la vecina? Socialmente es más sencillo ignorarlo y seguirle la corriente. Dado que nuestro compañero no nos ha dado esa información directamente, no nos es útil conocerla, no sería adecuado hacer referencia a ella.



Ilusión

¿Podemos diferenciar el verdadero amor de una simple ilusión?
Cuando una persona esta perdidamente enamorada, hace todo lo posible por averiguar todo acerca de ese amor que en ese momento parece tan cerca, pero, siempre hay una sorpresa.

Pero a pesar de eso, uno no deja de sentir ese sentimiento tan especial, no importando haya sido tu decepción, uno deja de pensar en sus amigos, y hasta en si mismo, y llega ese momento tan especial que uno ha estado esperando: ese ángel te sonríe, y sientes como algo dentro de ti.

Tienes ganas de gritar, de llorar, de decir todo lo que el corazón tiene dentro, pero uno no se atreve, pasan los días y cada vez te sientes más culpable por no haberlo hecho.

Ahora vuelves a observar a ese ángel, pero ahora no sólo te sonríe, sino que ahora te habla dulcemente y te ILUSONA, sientes que no existe un mejor momento que el que estás viviendo, que todo es perfecto, pero ¿Cómo terminará la historia?, puede ser un final feliz, PERO, también puedes en solo segundo pasar de la felicidad a la tristeza, cuando ese ángel te dice que ese amor "MUTUO" es un amor imposible, y que sólo pueden seguir siendo amigos, en ese momento.

¿Qué es lo que sientes? ¿tristeza?¿decepción? o unas ganas profundas de llorar, de sacar todo ese dolor que ha llenado tu corazón, pero uno nunca lo hace, y es por el mismo amor que le tienes a ese ángel, no importando tu dolor personal, solo pensando en que ese angelito no se ponga triste, que gran sacrificio, sufrir para no hacer sufrir, pero el tiempo ayuda a superarlo, y esto se vuelve, una historia inolvidable de tu vida, historia la cual siempre recordarás con ternura aunque tiempo atrás esta te haya hecho sufrir.

Debemos disfrutar cada uno de los momentos de la vida principalmente el amor porque a veces cuando decidimos recibir amor que antes rechazábamos ya es demasiado tarde.



Miguel
México

viernes, 11 de julio de 2008

"Pensamientos vagos"

Hoy intentaba transparentar los cambios radicales que existe en un sin fin de hechos...
Típica frase: "Después de la tormenta, "SIEMPRE" aparece el sol"; cuando se esta inserto en la tiniebla, tormenta y demasés, se cree y se pierde la esperanza de encontrar aquel cálido rayo de sol, y más aún el tan nombrado astro que ilumina el día a día. Pero la sensación más grata y que más se valora, es cuando el equilibrio logra ser parte de nuevo de ti. Porque por más que se lloré y la desesperación invada y exista cierto climax que desmorone un sin fin de proyecto y que quebrante la rutina, transformando todo en un mal momento. Lo describiría como un agobio más y un trabajo de más que hay que aprender a sobrellevar, a través de la perseverancia de poder encontrar el camino de paz, de alegría que se espera con ansias.
A veces pienso que toda esta rara sensación no es nada más que la mezcla imperfecta de lo que existe en el inconsciente, digo imperfecta, por que para mi lo que vive en el inconsciente es nada más que la perfección inexistente.



Ayudame freud - Ricardo Arjona

jueves, 10 de julio de 2008

Amor pedagógico vencedor de miedos.

El motor que mueve este ensayo es plantear la dinámica del amor como vencedor de miedos, específicamente la entrega total del docente frente al estudiante. Para esto se dará a conocer el amor pedagógico y sus respectivas posiciones frente al educando.

Se presentará al miedo como el resultante entre la dificultad que nos provoca educar y enfrentarnos a los diferentes cuestionamientos propios de una mente virgen que esta sensible a las distintas señales que el maestro desea entregarle y más aún se quiere lograr traspasar el sentido que tiene el docente en el juego de mediador y muchas veces modelo para el estudiante en vías de protección en su día a día dentro del aula, pues el rol del profesor va más allá de la entrega de conocimientos, pues este no es un burócrata de la mente sino un reconstructor de los caminos de la curiosidad.

Sin duda este ensayo reflejará el sentimiento más puro de la enseñanza, la construcción de una familia en una sala de clases, una sala sin barreras, sin temores y sin miedos.

“La filosofía que habla de el amor y la sensatez ayuda al ser humano a superar el miedo y esa era la convicción, que exponen que mientras se viva aterrorizado por el miedo, no se puede amar, ser libre ni tampoco generoso”(1). En la época de los filósofos grecos, ya se creía que esta manera de pensar era una bonita idea, dado que sin ser sensato no se puede pretender la felicidad lo que quiere decir es que sin la capacidad de sentir la libertad del amor, no se puede superar el miedo. El miedo no es mas ni menos que un proceso natural del cuerpo humano, que trabaja para nuestra propia supervivencia. El miedo muchas veces, no es más que una traba frente a la vida que nos gustaría vivir.
Es entonces tan simple como cuando nos excusamos y nos cubrimos para dejar de hacer algo o un todo, por ejemplo: miedo para no comprar algo, para no asistir a dar una prueba, para no acercarnos a hablarle a Esa persona, para no abrir nuestro corazón a esa otra. El miedo nos domina.

El miedo nos frena, el miedo nos quita alegrías, momentos, amores, caricias, perdones, reproches, abrazos, miradas, besos. Nos quita, errores, aprendizajes, charlas, viajes, ascensos, descensos, decepciones, tristezas, muertes, encuentros, pérdidas. Y nace la inquietud de como algo que debería funcionar en nuestro provecho puede quitarnos tantas cosas, según Paulo Freire “Siempre existe una relación entre el miedo y la dificultad, entre el miedo y lo difícil”. Será entonces ¿Por qué lo mal utilizamos? ¿Por qué no lo comprendemos? ¿Por qué le tememos al miedo? ¿Será el amor la cura del miedo? El diccionario alude al término de amor: “El amor es una palabra con profundo significado, Es considerado como un conjunto de comportamientos y actitudes, incondicionales y desinteresadas, que se manifiestan entre seres capaces de desarrollar inteligencia emocional o emocionalidad” (2) según Paulo Freire “No permita que el miedo a la dificultad lo paralice creo que el mejor punto de partida para este tema es considerar la cuestión de la dificultad la cuestión de lo difícil y el miedo que provoca. Se dice que alguna cosa es difícil cuando el hecho de enfrentarla u ocuparse de ella se convierte en algo penoso es decir, cuando presenta algún obstáculo. “miedo”, según la definición del diccionario Aurelio, “Es un sentimiento de inquietud frente a la idea de un peligro real o imaginario. Miedo de enfrentar la tempestad. Miedo de la soledad. Miedo de no poder franquear para finalmente entender un texto.” La dinámica que se genera al enseñar trae como resultado el reaprender, según Joseph Jolibert “Enseñar es aprender dos veces” el docente debe ocupar herramientas tales como estudiar, aprender a leer y enseñar de una forma concreta y significativa en la cual el aprendiz juegue un rol fundamental. “El enseñar no existe sin el aprender” es decir que el que enseña reafirma lo aprendido en el acto de educar y reconoce un conocimiento ya antes adquirido sin duda las inquietudes que propone el aprendiz al educador permite que este descubra un mundo en el cual confirmará, se replanteará posiciones y se involucrará en las curiosidades del alumno y de la mano de este recorrer senderos y caminos que lleven a un aprendizaje eficiente para él y su estudiante. La mente virgen del alumno esta abierta y expuesta a la enseñanza. Una de las aristas relevantes es él miedo que provoca la no comprensión de un texto una dificultad existente en el momento de enfrentarse a lo desconocido buscando cualquier excusa para abandonar el buque, dejar la vergüenza de sentirse poco capaz de comprender un texto, para así ser capaz de volver a leer sin temerle a lo incomprendido, no es insólito repetir la lectura de un texto, lo esencial es que aquellas frases que el texto nos entrega, en las cuales transitamos mientras leemos el texto, se apropien de nuestra concentración, que el centro de lo que estamos haciendo en ese momento sea el estudio de lo que estamos leyendo sin imaginar cosas que están fuera del contexto de lo que se presenta en la lectura. Según Paulo Freire “Para esto, es igualmente necesario que evitemos otros miedos que el cientificismo nos ha inolucado” ”lo que yo se, lo se con todo mi cuerpo: con mi mente crítica, pero también con mis sentimiento, con mis intuiciones, con mis emociones”. Es así como se genera la vocación del docente bajo las expectativas de romper su miedo y el de su estudiantes bajo su amor pedagógico, según Freire “Frente al miedo, sea de lo que fuera, es preciso que primeramente nos aseguremos con objetividad de la existencia de las razones que nos lo provocan. En una segunda instancia, que si estas existen realmente, las comparemos con las posibilidades que disponemos para enfrentarlas con probabilidades de éxito. Y por último, que podemos hacer para, si este es el caso, aplazando el enfrentamiento del obstáculo, nos volvemos más capaces de hacerlo mañana.” pues se debe dar todo de sí para lograr ayudar a crecer al estudiante regalando aceptación y acogimientos radicales y totales. Según Paulo Freire “En esta relación entre el sujeto que teme y la situación u objeto del miedo exista además otro elemento constitutivo que es el sentimiento de inseguridad del sujeto temeroso. Inseguridad para enfrentar el obstáculo” Evidentemente, sin tener esa cualidad no sería amor. Porque no se trata tan solo de la sensibilidad individual, sino de la vida y del bien del otro. Buscando así en el aula un ambiente en vías de proyecciones futuras armónicas. Si se quiere que surja una seguridad existencial básica, hay que regalarle esa acogida al estudiante. La misma seguridad existencial básica que nos gustaría tener como personas dentro y fuera del aula, la aceptación es símbolo de amor y el amor rompe el miedo.

¿Acepto a cada uno de mis hijos o alumnos tal como son realmente? ¿Los acepto con sus virtudes y defectos? ¿Será necesario hacer parte de mi o de ti a los estudiantes?

Una aceptación debe ir seguida de una comprensión, amor comprensivo este tipo de amor discierne y ordena las cosas según la fase y época del desarrollo del estudiante. “El amor pedagógico tiene la capacidad de comprender y ubicar los diversos fenómenos de la existencia en los momentos adecuados, para no exigir en cualquier momento cualquier cosa. Hay que saber qué se puede esperar y qué no se puede exigir. Comprensión es capacidad de comprender al tú y lo que hace, ubicando lo que dice y hace -cómo lo dice y hace.”(3) y no existe comprensión sin paciencia por eso se habla de la paciencia pedagógica. Sin ella nadie se atreve a acercarse al "campo magnético" de la formación de personalidades, pues saldrá disparado como un cohete. Paciencia pedagógica es la capacidad de vivir situaciones que en realidad no deberían ser así, y hacerlo con la mayor serenidad posible, no por santidad, sino por pedagogía. Se trata de la persona, la paz y la paciencia. Cabe destacar que la paciencia para ser transmitida debe nacer de si mismo. El amor debe ser paciente, transmitir una paz fundamental. el educador si no tiene esa paciencia por temperamento, puede adquirirla por entrenamiento cotidiano. La paciencia es un principio básico fundamental de todo educador. Si no se entrena todos los días, le costará caro a él y a los demás. Él sabe que hay que aprender a vivir, con la mayor paciencia, situaciones que en realidad están mal, que no deberían ser así; sabe que todo ser humano tiene sus tiempos, sus límites, por eso trata de ser prudente, de no salirse de sus casillas, y cuando se salga de ellas, debe volver a entrar. No se puede generar un mal ambiente, ni hacer de los estudiantes un mal día e incluso que reprochen entrar a la sala de clases a tal asignatura, la entidad educacional funciona o debería funcionar como una familia, ya que gran parte del día, los estudiantes lo viven en el colegio, es allí en donde generan grandes vivencia, amistades, superaciones, tanto personales como en el ámbito académico, el estudiante no es un ente en bruto que hay que pulir, cada ser humano nace con ciertas competencias, lo que se debe hacer es desarrollarlas y generar las que se quieran adquirir o no se tengan y nada de esto funciona si no se tiene el otro eje que mueve a la maquina como lo es el respeto, pues esta categoría pedagógica es la que, a veces, no sabemos poner en práctica. Por ejemplo, exigimos respeto sin regalarlo primero, lo cual no puede ser. El ser humano noble y digno, si no es respetado no respeta. Primero hay que regalar respeto El respeto misericordioso despierta justamente el respeto del estudiante y empieza a movilizar en su interior lo más noble. El docente regala su respeto misericordioso con plena conciencia de las miserias que él o ella tienen, y así su actitud desemboca en el amor enaltecedor. Es aquí donde podemos evidenciar uno de los ejes centrales que mueve el proceso educativo, ¿Qué es el amor enaltecedor? ¿Cómo lo trabajan los docentes? Este es el amor que levanta hacia arriba, hacia lo mejor de la persona; que incide en el tú, en él en un todos, en la conciencia de su dignidad, estimulándolo y dándole el apoyo existencial humano y necesario. El amor enaltecedor el que mira proyectándonos hacia arriba. Siempre en alto la mirada, nunca manifestar miradas de desconfianza, siempre se hace una entrega total, de amor, es por eso que ser docente o maestra es una vocación.

Para finalizar puedo determinar que la relación docente y estudiante abarca una amplitud de temas, como yo entrego herramientas de carácter pedagógico y de carácter emocional que permitan que el estudiante se enfrente al miedo de la comprensión de un texto de la aceptación de un sistema educacional poco tolerante y cientificista y poco real que capte la curiosidad del estudiante sin desplazarlo a un burocracia del aprender.

Sin lugar a duda la enseñanza de este ensayo es evidenciar que educar a un estudiante es llegar al alma de la curiosidad junto con la teoría propia de enseñar para que ambas puedan lograr el éxito y la comprensión de lo que se esta enseñando

Bibliografía:

Paulo Freire: Cartas a quien pretende enseñar 1ª.ed. 3ª reimp. Buenos aires: siglo XXI ediciones Argentina, 2006.

Mil y un pensamiento

El ser humano, un ser pensante, increíble no?
a veces me da por armar y desarmar el mundo y a veces cuando es más profundo. armo y desarmo "mi mundo". Por ejemplo cuando uno se sienta a pensar y analizar que ha sido de la vida ya sea del otro o de la tuya... De mi vida... durante estos años, que son pocos, pero que sin duda cada día trae algo nuevo son mil pensamientos.
La mente trabaja como una máquina que no deja de trabajar nunca y cuando colapsa
STOP tu mente, tus deseos, tus anhelos, paran y se congelan. que es fome cuando te sientes al borde de un precipicio que a veces te dan ganas de lanzarte, y otras buscas refugio en personas para que no te dejen caer. siempre habrá alguien que te dirá... NO, no caigas, alejate de ahí.
pero ¿cuando no hay nadie?
He conocido personas que de la nada aparecen y te dicen: "No tengo a nadie que me saque del borde del precipicio" que esta solo en el mundo. será ¿cierto?
La soledad la describro netamente como un sentimiento más, al igual que la felicidad son "cosas" de minutos, "sensaciones" que llegan y se van. La felicidad se ahuyenta muchas veces tan solo porque nosotros la alejamos, en cambio la soledad se hace presente porque nosotros la atraemos o la llamamos. ¿Es cosa de uno, dejar que todo perdure? asi como nuestra mente trabaja siendo una máquina, nuestros actos son el resultado de los pensamientos que genera este motor de vida. aún sabiendo que en ocasiones la razón no perdura con lo que sentimos.
y a veces llega de la nada cierto personaje que te cuenta que tiene la tipica trágica vida, de no tener a nadie, pero ser un luchador de primera.
vas y te pones a pensar en los distintos mensajes subliminales que estan indirectamente llegando a tu vida en cada segundo del que esta transcurre.
Pero bueno... cada día algo nuevo por aprender, cada día una historia nueva que construír, cada día un mundo nuevo que arreglar o por último tener la esperanza de contribuir para un cambio de este, cada día una sonrisa que regalar y obtener, cada día estar preparados para cualquier sentimiento, cada día saber controlar y manejar el tiempo, cada día resolver el agotador misterio de la rutina o simplemente liberarte de pel por momentos y dejar tu mente en blaco, cada día para respirar, para soñar, para crecer a los largo de un día a día.

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